domingo, 14 de junio de 2009

"AÚTOMATAS APLICADOS A ACTOS TEATRALES"

Es frucuente el uso de los aútomatas para realizar teatros en los que no hay personajes que sean personas. En la gran mayoria de ocasiones estos resultan muy entrentenidos y también hay que destacar q lo teatros de automatas para niños conforman una gran parte de los mismos.

A continuación dejaré cuatro videos con objeto de confirmaros mis anteriores palabras:

"Automatabar"






"Automataheladeria"






"Automatatango"




"Automatacabaret"





"La milonga"





"MÁS VÍDEOS DE AUTÓMATAS"

Los siguientes videos de automatas pertenecientes al "Cabaret Mechanical Theatre" reproducen perfectamente la labor de estos objetos complejos ralizados en madera desde un punto de vista cómico:

"En el jardin"
"Automata de madera"
"EL hombre corto"

"IMAGENES DE MUÑECOS AUTÓMATAS MECÁNICOS"











































































































































"CURIOSIDADES, EL HOMBRE DE PALO"

Juanelo Turriano.....El primer Tronik , fue gran inventor y relojero..... Podremos hablar de su vida o también del momento tan relevante que fue para los grandes inventores.

No era un relojero cualquiera, sino el relojero de dos de los reyes de España más importantes, Carlos I de España y V de Alemania y Felipe II.

Entre los trabajos de Juanelo se cuenta con una amplia colección de figuritas con movimiento, algunas de las cuales se empleaban en teatrillos para la distracción de la nobleza, entre los que se encontraba el Rey Carlos V.

También hizo autómatas como complemento a los relojes, sus mecanismos son de suma perfección, ya que era el relojero del reino.

Carlos V al retirarse en su vejez a Yuste, le invitó a acompañarle para enseñarle a construir estos danzarines.
Cada autómata contaba con un complejo sistema mecánico, se podían observar las piezas que componen algunos autómatas y danzarines y su sistema de uniones para accionar su funcionamiento.
De aquí que se le atribuyera la construcción de EL HOMBRE DE PALO.

Más que una leyenda, podríamos encuadrar este capítulo dentro de las múltliples curiosidades que pueblan la ciudad de Toledo.

Los datos y hechos históricos, fehacientes, se muestran una vez más entrelazados con las dotes costumbristas con las que la gente impregna la realidad:


Esta calle es la primera que se encuentra yendo desde la plaza del Ayuntamiento hacia Zocodover por el arco de Palacio; precede a la del Comercio, con la que empalma en la plaza de las Cuatro Calles, y bordea el claustro catedralicio por su costado septentrional.


A la mayoría de los viajeros y turistas que indefectiblemente circulan por ella le sorprenderá tan pintoresca denominación, pese a estar en Toledo, donde todo es sorprendente.


Según nos cuenta Julio Porres en su documentadísima obra Historia de las calles de Toledo, en esta zona se situaba en la Edad Media el alcaná, o judería menor, con su multitud de pequeños comercios, hasta que fue asolada en la peste de 1391; ocasión que aprovechó el cabildo para expropiarlo y construir el citado claustro, iniciado por el arzobispo don Pedro Tenorio en 1389, que dio lugar al actual trazado de esta vía.


Todavía la vecina calle de la Sinagoga recuerda esta circunstancia.


Desde entonces y hasta el siglo XVI, se conoce sucesivamente con los nombres de Cal de Francos, Asaderías y Lonja.


No es hasta el siglo siguiente cuando se empieza a hablar y escribir del Hombre de Palo -sin ir precedido de calle, por suponerse enclave de todos conocido- y entonces empiezan las elucubraciones.


Para el cronista Horozco, se trataba de un AUTÓMATA DE MADERA colocado en este lugar para celebrar la fugaz vuelta de Inglaterra al catolicismo: "Hombre de palo armado con vn escudo en el lado izquierdo y en el braÇo derecho vna talega, hincado en vn madero, y andábase alrrededor y en tocando en el escvdo volbía y dava con la talega de arena a quien pasaba y le dava", como en tantas fiestas populares que aún se conservan.


Por asociación de ideas, se adjudicó al célebre JUANELO TURRIANO(diseñador y creador del célebre "artificio") la autoría de lo que hoy llamaríamos un robot, con la misión de recorrer diariamente las calles recabando limosnas en vistas de que, como no le pagaban lo suyo, andaba en la más negra miseria.


Cuando los maravedíes llegaban al fondo de la hucha, el muñeco hacía más reverencias que un japonés, señal de que, al menos, Toledo tenía mala conciencia de su ignominioso comportamiento con el genio de Cremona, comparado por algunos co el mismo Leodarno Da Vinci.
Otros cronistas, más conservadores y menos imaginativos, como Moraleda y Ramírez de Arellano, aclaran que se trataba en realidad de un muñeco de madera, estático por supuesto, colocado en un lugar de los más frecuentados de la ciudad, como era y sigue siendo éste, y provisto de una hucha o alcancía destinada a recoger las limosnas del personal para la construcción del cercano hospital, posteriormente conocido como del Nuncio Viejo.
Tan benemérito nuncio se llamaba Ortiz y puede que no fuese ajeno a este invento.
Debía de ser algo muy parecido a tantos muñecos actuales de cartón piedra, plástico o lo que sea, colocados en las puertas de grandes almacenes, laboratorios fotográficos, parroquias y otra suerte de establecimientos, provistos también de la correspondiente hucha o buzón donde recoger óbolos con fines caritativos, carretes fotográficos o cartas a los Reyes Magos. La gracia del que nos ocupa reside en su precocidad.
No es de descartar que tal muñeco de palo siguiese desempeñando su función mendicante hasta que el citado hospital fue trasladado por el cardenal Lorenzana, a finales del siglo XVIII, a un nuevo emplazamiento.Es por tanto, una vez más, la confusión la que dota de nombre a una de las calles más transitadas por turistas y toledanos, la calle "Hombre de Palo".

"TÍPICO OBJETO AUTÓMATA: EL RELOJ ALEMÁN, DE CUCO"

Dentro de la producción relojera alemana, es frecuente encontrar relojes con autómatas.

Los autómatas eran figuras animadas de personas o animales, que tenían algún tipo de movimiento.


Generalmente la animación del autómata iba acompañada del sonido que producía el reloj al dar las horas.


Es admirable la laboriosidad e ingenio de los relojeros alemanes, que ya en el siglo XVIII construían divertidos relojes con autómatas, y que realizaban variados movimientos.

Un tipo de reloj que se hizo muy popular, fue el reloj de cuco.





El autómata de este reloj era un pájaro de madera (fotografía 1), pintado con los colores del cuco, el cual movía las alas y el pico.


El invento del “cu-cu”, como sonido se atribuye a Franz Anton Ketterer natural de Schöwald (Alemania). Dicho invento se realizó en 1730.


El invento del pájaro autómata se atribuye a Michel Dilger., natural de Neukirch (Alemania).

El movimiento de las alas y pico del pájaro autómata, se producía al ser levantada la parte de atrás del autómata.

Estos relojes, en muchos casos auténticas obras de arte, pueden verse en el Deutsches Uhrenmuseum, en Furtwangen (Alemania).

Esta pequeña ciudad alemana, situada en el corazón de la Selva Negra, se considera la cuna del reloj de cuco.



Este museo es uno de lo más importantes del mundo en cuanto a relojería se refiere.

Anualmente se celebra en las instalaciones del museo la Feria de Relojes antiguos, donde pueden encontrarse multitud de relojes, mecanismos, y todo tipo de componentes de relojería.

El reloj de cuco ha experimentado una gran transformación a lo largo del tiempo en cuanto a los materiales utilizados, diseños, y métodos de fabricación.




Hoy día existe una gran producción de este tipo de relojes, en la Selva Negra, pudiéndose encontrar gran variedad de modelos, tamaños, calidades, y precios.
También se encuentran relojes de cuco antiguo en anticuarios y colecciones privadas.







Puede apreciarse en la fotografía 2 un reloj de cuco de sobremesa y en la 3 un típico reloj de cuco antiguo de pared.

Una variante del reloj de cuco es el llamado “cuckoo and quail clock” (cuco y codorniz).
En este caso el reloj consta de 2 pájaros autómatas: un cuco, y una codorniz.


El canto de la codorniz se produce mediante un fuelle que acciona una flauta, con una cadencia similar a la del canto de éste ave.


En la fotografía 4, se muestra una máquina de “cuckoo and quail clock” .




La restauración de los relojes de cuco antiguos, permite conservar y recuperar estas pequeñas obras de arte, y debe hacerse respetando lo más fielmente posible las características originales del reloj (materiales, diseños, etc.).



Las labores de restauración de los relojes antiguos, y de los relojes de cuco en particular, hacen posible seguir disfrutando de ellos en buen estado.


Las agujas, al igual que los números, solían ser talladas en hueso por los maestros artesanos de la Selva Negra.


Los fuelles se hacían originalmente de piel, y las flautas para producir el sonido cu-cu eran de madera.


Observando ambos, flautas y fuelles, se aprecian ciertos detalles constructivos que hacían que los relojes imitasen fielmente el sonido del cuclillo en la Naturaleza.


Los pequeños detalles de ajuste del movimiento de los fuelles (cadencia, y distancia de elevación del fuelle), son determinantes para obtener un sonido de cuco, que se aproxime al canto del cuco.


Los relojes de la Selva Negra eran portados por vendedores que viajaban buscando clientes, y llevando consigo los preciados relojes; se trataba de una profesión peligrosa.


Era sabido que los vendedores llevaban consigo el dinero obtenido de la venta de los relojes, y no faltaban los asaltos.

"CIVILIZACIÓN ASIÁTICA"

Tenemos qe destacar la cultura asiática en cuanto a la hitoria de los autómatas se refiere.





Los autómatas mecánicos son los antepasados directos de los modernos robots y creados sin la ayuda de ningún componente electrónico. Es la idea de la creación en su estado más puro, es intentar crear, desde la nada, crear algo parecido a la vida.





La cultura asiática, especialmente China y Japón, ha tenido una gran tradición de autómatas que se ha mantenido desde tiempos muy antiguos hasta la actualidad. Ya en el año 2000 aC se cuentan leyendas chinas sobre autómatas. Como la creada por el hijo del rey Tach`uan, hecho de madera, y tan semejante al hombre que confundían a todos los que lo veían, hasta que descubren su naturaleza y es destruido. En tiempos más cercanos se habla de varios emperadores chinos que, curiosos por estos inventos, apoyaron la creación de todo tipo de autómatas, desde los que poseían forma animal (pájaros, caballos, gatos, monos etc.) hasta otros con forma humana y que andaban, bailan o tocaban instrumentos.


En el Japón de los siglos XVIII y XIX los autómatas consiguieron un alto grado de importancia y complejidad. Se les llamaba “karakuri”, que se podría traducir como “aparatos mecánicos para producir la sorpresa en una persona” y distingüían tres tipos de figuras: las “Butai Karakuri” que se usaban en el teatro, las “Zashiki Karakuri” más pequeñas y con las que se jugaba en las habitaciones y las “Dashi Karakuri” que se utilizaban en las festividades religiosas. Su mayor tarea era la representación de mitos y leyendas tradicionales aunque existían de todo tipo como algunos que servían el te o lanzaban flechas con un arco. Ya entrados en el siglo XX y XXI vemos como la tradición del karakuri se mantiene en los modernos robots japoneses, con la creación de complejísimos robots antropomorfos como ASIMO, QRIO o Repliee Q1 o mascotas robóticas como Aibo, descendiente directo de los autómatas animales de siglos pasados.


Ejemplos Karakuri:
1. Karakuri que escribe: Esta muñeca, tal vez la que más recuerda a nuestro "escritor autómata", fue diseñada en el siglo XIX por Tanaka Hisashige y era capaz - como veréis - de escribir caracteres Kanji con una precisión asombrosa:

http://www.youtube.com/watch?v=pBURWGr3AlU&eurl=http%3A%2F%2Fsns%2Eforos%2Ews%2Ft1179%2Fkarakuri%2Dautomatas%2Dtradicionales%2Djaponeses%2F&feature=player_embedded
2. Karakuri que lanza flechas: Esta arquera es una auténtica maravilla. Diseñada en el siglo XIX, la muñeca posee un carcaj con cuatro flechas que va extrayendo y lanzando sobre una diana. Ver para creer.

http://www.youtube.com/watch?v=7PiG-FA11UM&eurl=http%3A%2F%2Fsns%2Eforos%2Ews%2Ft1179%2Fkarakuri%2Dautomatas%2Dtradicionales%2Djaponeses%2F&feature=player_embedded

3. Karakuri que hace trucos de magia: El karakuri sostiene una caja y cada vez que la levanta hace aparecer un objeto nuevo. Dejaba patidifuso al personal.


http://www.youtube.com/watch?v=po6imWUREPY&eurl=http%3A%2F%2Fsns%2Eforos%2Ews%2Ft1179%2Fkarakuri%2Dautomatas%2Dtradicionales%2Djaponeses%2F&feature=player_embedded



4. Karakuri que sirven el té o mueven una hélice: Quizá las más conocidas son las muñecas que sirven el té, destinadas a sorprender a los invitados. Cuando se coloca la taza, la muñeca se desplaza en línea recta y cuando se levanta se detiene. Una vez que el invitado terminaba de tomar el té, colocaba de nuevo la taza sobre el autómata y éste se marchaba por donde había venido.

http://www.youtube.com/watch?v=aYegGG3q3m0&eurl=http%3A%2F%2Fsns%2Eforos%2Ews%2Ft1179%2Fkarakuri%2Dautomatas%2Dtradicionales%2Djaponeses%2F&feature=player_embedded

5. Karakuri que baja las escaleras: Un auténtico acróbata. ¡Taram!

http://www.youtube.com/watch?v=-vDJ3QCRjvM&eurl=http%3A%2F%2Fsns%2Eforos%2Ews%2Ft1179%2Fkarakuri%2Dautomatas%2Dtradicionales%2Djaponeses%2F&feature=player_embedded


APORTACIONES DE ALGUNOS DE LOS GRANDES PERSONAJES DE LA HISTORIA:

"Leonardo da Vinci"

Pues sí, nuestro famoso Leonardo, además de helicópteros, escafandras, paracaídas, tanques de guerra, cuadros, esculturas y edificios, también pudo dedicar parte de su vida a los autómatas. Concretamente, construyó uno con una armadura de la época y unos cuantos hierros que tenía por allí tirados.


El diseñador italiano Mario Taddei ha dedicado algunos años a investigar y reconstruir el robot davinciano, publicando todo el proceso en un libro.









Este autómata es capaz de mover cuello y brazos con suficiente soltura como para resultar indistinguible de un humano con armadura. La idea de Leonardo era crear un ejército de soldados robots como elque hoy combate en Irak.




"Hosokawa Hanzo-Yorinao"

El señor Hosokawa vivió en el Japón del siglo XVIII, en pleno período Edo. Era maestro artesano de karakuris, autómatas mecánicos para el entretenimiento de las clases acomodadas, capaces de servir el té, escribir con pincel o jugar a juegos de mesa.

Los karakuris tenían su origen, primero, en las transferencias culturales naturales entre China y Japón (antes de que los japoneses tuvieran escritura, China ya era un imperio centralizado), y luego en los contactos con comerciantes europeos -portugueses y holandeses, sobre todo- a partir del siglo XVI, que solían navegar cargados de relojes que ofrecían como regalos y sobornos a los mandatarios asiáticos.



Además, tengo entendido que la era Edo fue bastante pacífica en comparación a lo anterior, por lo que se pudo desarollar una burguesía que no estuviera pensando constantemente en incendiar el castillo del vecino y encontrara gusto a observar cómo una especie de persona en miniatura con tripas de relojería ejecutaba tareas sencillas.





Los karakuris son un ejemplo magnífico del valle inquietante: sus formas corporales están ocultas por amplios vestidos, y cabeza y manos son de porcelana, dolorosamente reales. Los movimientos que hacen serían hoy calificados de robóticos, pero son más naturales que un break-dancer cualquiera.



Para que te hagas una idea, mira este vídeo antes de seguir (tienes más vídeos en Fogonazos), se trata de un karakuri del siglo XIX: http://www.youtube.com/watch?v=pBURWGr3AlU&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Eobsoletos%2Eorg%2F2009%2F02%2Fcuatro%2Dtipos%2Dque%2Dhacian%2Drobots%2F&feature=player_embedded







Además de ser un gran constructor de estas pequeñas maravillas burguesas, hizo algo que le valió pasar a la historia: escribió un libro sobre el tema que fue publicado tras su muerte, en 1798.


Tres tomos repletos de cuidadosas y detalladas instrucciones sobre cómo fabricar un karakuri, desde el grosor de la tela del vestido hasta los requisitos mecánicos de las piezas interiores, junto con el espíritu que debería guiar al artesano. Es el libro sobre ingeniería más antiguo de Japón, y supuso una revolución en la forma de transmitir el conocimiento, al romper con la hermética e inviolable enseñanza de maestro a aprendiz que regía entonces.



"Leonardo Torres Quevedo"



El más cercano a nosotros, Torres Quevedo nació en Cantabria en 1852, estudió en Bilbao, París y Madrid, y recibió una herencia que le permitió vivir del cuento, dedicado a sus inventos.




Ingeniero de caminos de formación, nada más salir de la Escuela comenzó a patentar artefactos e inventos a un ritmo febril.
Dos eran las áreas favoritas del ingeniero Torres Quevedo: el transporte y los autómatas. De la primera dejó como legado el transbordador sobre las cataratas del Niágara, inaugurado en 1916.

Pero sus progresos en el campo de los automatismos fueron más espectaculares: su Telekino de 1903 fue el primer mecanismo de control por ondas de radio, el primer mando a distancia.

Construyó también máquinas de calcular que resolvían ecuaciones de segundo grado, y desarrolló importantes teorías sobre el cálculo algebraico por métodos mecánicos.

Pero si hablamos hoy de Torres Quevedo, es por su Ajedrecista, un autómata mecánico de 1912 que jugaba al ajedrez con una torre y un rey blancos contra un rey negro controlado por un humano, desde cualquier posición.

El Ajedrecista usaba electroimanes para mover las piezas, y tenía un aspecto muy poco humano. Sin embargo, es descendiente de una venerable saga de robots jugadores de ajedrez que incluye gloriosos fraudes como el del turco mecánico que engañó a toda Europa durante casi un siglo. De alguna manera, el Ajedrecista es el antonimo de aquel Turco; es moderno, transparente y científico, no un entretenimiento de salón para engañar burgueses.